Capítulo XXIII
- Buenos días -dijo el principito.
- Buenos días -dijo el mercader.
Era un mercader de píldoras perfeccionadas que aplacan la sed. Se toma una por semana y no se siente más la necesidad de beber.
- ¿Por qué vendes eso? -dijo el principito
- Es una gran economía de tiempo -dijo el mercader-. Los expertos han hecho cálculos. Se ahorran cincuenta y tres minutos por semana.
- Y, ¿que se hace con esos cincuenta y tres minutos?
- Se hace lo que se quiere...
«Yo - se dijo el principito-, si tuviera cincuenta y tres minutos para gastar, caminaría muy suavemente hacia una fuente...»
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